sábado, febrero 17, 2007

Ofelia

"Ofelia". John Evert Millais. S. XIX

En 1848 un grupo de siete jóvenes artistas funda en Londres la llamada Hermandad Prerrafaelita. Ajenos en principio a cualquier inquietud de tipo social, y como respuesta personal, aunque no formulada, a la inhóspita y brutal sociedad industrial de su entorno, buscarán manifestar sus ideales en el campo de la creación artística en un mundo de “pura y poética gracia”, expresado a través de una estética agresiva.

Un grupo de jóvenes artistas, con edades que rondaban la veintena, se rebelaban contra una institución de enseñanza, contra su arte codificado y contra su caduca clientela aristocrática.

Pretendían en definitiva proporcionar a la emergente y dinámica Ingaterra de mediados del S. XIX un arte propio, alejado de los habituales temas de la tradición pictórica. Un arte que fuese entendido por el mayor número de gente posible y, principalmente, por la clase que emergía de la nueva era industrial.

Con “Ofelia” John Evert Millais consiguió un éxito increíble. Esta obra propició su ingreso en la Royal Academy, hecho que paradójicamente supuso el principio del fin de la Hermandad prerrafaeilita.

En 1885, treinta años después de pintar “Ofelia”, Millais fue elegido director de la Royal Academy, la institución contra la cual había nacido la Hermandad.


Cantaba así Ofelia en la escena XIII del IV acto de "Hamlet", de W. Shakespeare:

“De San Valentino la fiesta es mañana:
yo, niña amorosa, al toque del alba
iré a que me veas desde tu ventana,
para que la suerte dichosa me caiga.
Despierta el mancebo, se viste de gala
y abriendo las puertas entró la muchacha,
que viniendo virgen, volvió desflorada."

Y continúa..

“¡Ay! ¡Mísera! ¡Cielos! ¡Torpeza villana!
¿Qué galán desprecia ventura tan alta?
Pues todos son falsos, le dice indignada.
Antes que en tus brazos me mirase incauta,
de hacerme tu esposa me diste palabra.
Y él responde entonces:
Por el sol te juro que no lo olvidara,
si tú no te hubieras venido a mi cama.”

Y Claudio comentaba:

“La desdichada Ofelia fuera de sí,
turbada su razón, sin la cual somos vanos
simulacros o comparables sólo a los brutos...”

Entre las tranquilas aguas del riachuelo que será su lecho mortuorio, flota la desdichada enamorada de Hamlet, sosteniendo en la mano derecha unas flores y sobre su cuerpo las guirnaldas con las que se había engalanado.

Captar el tránsito entre la vida y la muerte en el personaje de Ofelia, situarla sobre el lecho del río, fue algo que ningún otro artista había hecho antes y mucho menos de la manera en que se atrevió el autor. La coloca en posición horizontal como si fuera una muñeca flotante que se expusiera en un escaparate.

El espectador es invitado a una mirada morbosa provocada por la frágil y virginal figura que nos tiende las manos y nos ofrece un rostro único: los ojos entornados, la mirada ida, vacía, fija en el infinito, el mentón elevado y la boca entreabierta descubre la última exhalación de vida de la protagonista. La heroína muere por amor, un amor por el cual anteriormente había perdido el juicio.

- “Esta obra es el más hermoso paisaje inglés asolado por el dolor”. John Ruskin

- “El hombre débil tema la muerte; el desgraciado la llama; el valentón la provoca y el hombre sensato la espera”. Benjamin Franklin

- “La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace pensar en la vida”. André Malraux

- "Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible”. George Clemenceau


"Canto a la rebeldía

del que supo amar sin reparos,

de aquel que abrió caminos

a golpe de corazón y llanto.



Canto a la rebeldía

del abrazo sincero y cercano,

de la eterna lucha sangrienta

del que quiso vivir esperando.



Canto a la rebeldía

del grito al silencio lanzado,

del grito que sin palabras

paró violencia y engaño.



Canto a la rebeldía

del que optó por vivir soñando,

del que quiso empuñar la bandera

de aquellos que son olvidados.



Canto a la rebeldía

de las manos sencillas que cuentan

su historia escrita en arrugas,

la historia del hombre que siembra.



Canto a la rebeldía

del miedo que paraliza,

del miedo que me hace más fuerte,

del miedo que desafía.



A ti amigo y hermano,

a ti que escuchas mi canto,

te invito a ser de los tontos

que quieren vivir esperando.



A ti que sientes la fuerza

del empeño brutal que renueva,

te invito a ser de los tontos

que un día cambiarán la Tierra"

(Pedro Sosa)


viernes, febrero 16, 2007

La bailarina desnuda

"La bailarina desnuda". Ángel Zárraga. S. XX

Según Rodolfo Panichi esta obra es “verdaderamente notable por la sobriedad del color y por la entonación general y el vigor del modelado... Una muchacha cubierta sólo por un negro velo español en la cabeza, se mueve en una terraza con leve paso de danza, manteniendo algo de compuesto y hierático que da a la figura un sentimiento de castidad, a pesar de la desnudez...; casi da la impresión de una grave figura sacerdotal bizantina. La ropa y la mantilla están puestas con armonía de tonos sobre el parapeto de la terraza que se abre al campo; a la derecha, una mujer, de diseño y porte admirables, entre indiferente y enojada, espera sentada, escrutando sin embargo con aire burlón de disfrutadora habituada, el efecto producido sobre el espectador”. Destacan los contrastes de las figuras: vestidas y desnudas, jóvenes y ancianas... Toda la obra tiene un carácter ritual que constituye una de las señas de identidad de Zárraga.

La figura principal se muestra orgullosa, poderosa, consciente de la reacción que produce en el espectador. Se muestra diva, elegante, bella en definitiva. La anciana que está a su lado lo sabe. Por un lado lo acepta y lo disfruta; por otro lo censura y le desagrada. Todo está en manos del espectador, que se siente abrumado por la belleza de la joven pero al mismo tiempo culpable al saber que está viendo algo que en principio no tiene derecho a hacerlo.

Es un ejemplo claro de tentación. No la “Tentación” que ofrecía Greta Garbo en 1929, elegante e hierática, sino más sensual, más del estilo de Marilyn en “La tentación vive arriba”. Wilder reconocía en 1955 que no era fácil ponerse durante el rodaje en el pellejo de Di Maggio, cuando veía que cientos de personas se quedaban anonadados cuando se rodaba la famosa escena en la que la falda vuela hasta la cintura al pasar por el respiradero del metro.

En cualquier caso las tentaciones a las que nos enfrentamos a diario no son exclusivamente de tipo sexual o físico. Tentaciones económicas, sociales... las vemos todos los días detrás de cualquier esquina. ¿Seremos capaces de resistir a las tentaciones, o seremos de los que piensan que la mejor manera de superarlas es caer en ellas?



Voy a ver si me encuentro dentro de mi piel y comprendo por qué nada puedo entender. Me resulta tan raro todo lo normal, me tropiezo, me caigo y vuelvo a tropezar.
Creí que me había equivocado, luego pensé que estoy bien aquí, en mi nube azul. Todo es como yo lo he inventado y la realidad, trozos de cristal, que al final hay que pasar descalzo.

Puedo estar borracho pero no me he perdido, lo que pasa es que me gusta pasear. Pasito a pasito, buscando el equilibrio y dejándome llevar.
Sólo estoy jugando a que me invento un camino, primero a saltitos luego en espiral. No me mires así, me está clavando un cuchillo.. ¿o es que no sabe jugar?
Yo seguiré mirando al cielo...
Puedo ser pequeño pero tengo un castillo, si te lo imaginas ya puedes entrar.

Quién se puede reír del dolor cuando mira a la cara. Quién puede discutir la razón con las manos atadas...
La gente idiota se siente a salvo, cerebros enfermos en cuerpos muy sanos.
Sé que tú me quieres engañar, y eso ya es bastante; en tu boca sólo hay mentiras y en la ciudad hay sangre.
Me he mirado el esqueleto, ya sé que no soy perfecto, y eso me ayuda mucho.

No quiero ver injusticia, no quiero ver miseria, no quiero ver militares ni princesas. No quiero ver dictadura, no quiero ver pobreza, no quiero ver religiones ricas ni reinas.

He salido a la calle abrazado a la tristeza, vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena...
Los llantos desconsolados que estrangulan las gargantas, dos ancianos encorvados, parece que la tierra los llama...
Me da pena que se admire el valor en la batalla, menos mal que con los rifles no se matan las palabras.

En medio del mar te sientes como en un desierto. Primavera ven, y cúrame el invierno.
Hoy me quedo en casa, lo de fuera no me interesa, ya saldré a dar una vuelta otro día que no llueva.

Todo lo que no aprendí... nunca se me ha olvidado. No he perdido la razón y tampoco la he encontrado.

Ojalá me hubiera dado cuenta antes. No siempre lo urgente es lo importante. Tal vez son las brujas, tal vez el destino... Yo siempre me pierdo en el mismo camino.

He aprendido en esta vida de lo bueno y de lo malo. Me he levantado por el cielo y me he arrastrado por el barro. Voy mirándome en los charcos, yo no necesito espejos, sé que soy mucho más guapo cuando no me siento feo.

Después de un invierno malo, una mala primavera, dime por qué estas buscando una lágrima en la arena.

He sido divertido. Me equivocaría otra vez. Quisiera haber querido lo que no he sabido querer. ¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies.

¿Sabes? Quisiera darte siempre un poco más de lo que te pido...
Sabes que quiero más, no sé vivir sólo con cinco sentidos. Este mar cada vez guarda más barcos hundidos...
La vida apenas solo dura un rato... y es lo que tengo para estar contigo.

Ahora sí, parece que ya empiezo a entender. Las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel. Y todo lo demás... empieza donde acaban mis pies. Después de mucho tiempo aprendí, que hay cosas que es mejor no aprender.

Cada cual que siga su camino, cada cual que baile su canción. Tu destino, dicen, ya está escrito. El mío tengo que escribirlo yo.

Y mi pobre corazón de hierro se me fue oxidando con las penas...
Mi pobre corazón lo divino, lo valiente, lo cobarde, lo esperado, mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino...

Y vuelvo a ser un loco por sobrevivir a la locura de la vida...
No me sale bien la cuenta de la vida: o me sobran noches o me faltan días...
Puedes encontrarme cerca del final. Porque todo empieza cerca del final.

Gracias Fito: cómo analizar toda una vida repasando una discografía...

- “Cómo tener confianza en una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo”

- “La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”

- “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo”

- “No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea”

- “¡Es fantástico! ¡Un hombre casado, aire acondicionado, champagne y patatas fritas! ¡Una fiesta maravillosa!". Marilyn hablando con T. Ewell.