miércoles, diciembre 05, 2007

Ariadna y Dioniso


"Ariadna y Dioniso". Louis Le Nain. S. XVII

Louis Le Nain es conocido por sus escenas de campesinos en sus labores cotidianas y por sus obras de contenido mitológico. El tono de su pintura es muy cercano al de Velázquez, salvando por supuesto las distancias. En 1648 fue uno de los miembros fundadores de la Academia francesa, junto a sus dos hermanos Mathieu y Antoine. Este cuadro se halla en el Musee des Beaux-Arts de Orleáns, ciudad muy ligada a Juana de Arco (S. XV).

La princesa Ariadna tuvo una desgraciada aventura sentimental con Teseo. Gracias a ella el joven consiguió escapar del laberinto. Le prometió casamiento a la doncella y la indujo a partir con él, pero al llegar a Naxos, cambió de parecer y allí mientras estaba dormida, la abandonó.

Al despertar de su sueño, buscó Ariadna al amado entre las rocas y a lo largo de las playas. Sólo el eco respondía a sus llamados. Por fin, Ariadna rompió a llorar desesperadamente.

Afrodita que desde el Olimpo vio su desconsuelo, se compadeció del infortunio de la princesa y partió para Naxos. Enjugó sus lágrimas tiernamente y le prometió un esposo inmortal. Ya sabía la bella diosa que Dionisio se dirigía hacia esas playas, y estaba dispuesta a que se enamorara de Ariadna.

En efecto, tan pronto como el dios desembarcó en su isla predilecta, vio a Ariadna y se enamoró de ella. Entre las primeras palabras que dijo, expresó el deseo de desposarla. Y la joven consintió, feliz al ver cumplida la promesa de Afrodita. Como regalo de bodas recibió de su divino marido una corona de oro incrustada de piedras preciosas, tan envidiable por su belleza como por su valor.

Sin embargo, el matrimonio con un dios no le concedió la inmortalidad. Y un día Ariadna, envejecida y cansada partió para el reino de las sombras. Entonces Dionisio, inconsolable, tomo su corona de oro y la arrojó hacía el cielo. A medida que la joya ganaba altura, las piedras se tornaban más y más brillantes, hasta que se trasformaron en estrellas. Fijada para siempre en lo alto del firmamento bajo la forma de una centelleante constelación, la corona de Ariadna testimoniaría para siempre, ante mortales e inmortales, el inmenso amor de Dionisio hacia la hermosa princesa cretense.

Continúa con tu extraordinario trabajo Juana de Arco en tu periplo por tierras gabachas. Dentro de unos años habrá que hablarle de usted pues será toda una eminencia. Suerte

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dentro de unos años volveré a casa con más arrugas, simplemente eso.

Parece que Orleans se libró de la pérdida de este cuadro entre guerras y daños colaterales.
La ciudad es pequeña y de origen medieval. Durante la II Guerra Mundial tuvo la suerte de no sufrir ataques, pero llegaron los americanos, con el propósito de "liberarlos", y casualmente se les cayeron unas bombas sobre la ciudad llegando a destruirla por completo.
De la obra de arte que más orgullosos están sus ciudadanos es de "la bella danzarina", una pequeña escultura en metal muuuuy antigua.

23 diciembre, 2007  

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